Feliz Domingo de Resurrección,
espero que hayáis pasado unas buenas fiestas. Aunque os dije que subiría una receta
de postres de Semana Santa, no es lo que voy a poner y os explico el por qué.
Hice unas rosquillas de naranja, con sus fotos de los pasos y demás pero al freírlas
fue un desastre, la masa no se acababa de hacer por dentro y quedaban crudas y
su sabor para mi gusto era bastante insulso, que pudo ser por culpa de las
naranjas no digo yo que no, pero vamos que no me convencía en absoluto para ponérosla,
pero a cambio os voy a poner una receta de la tierruca.
La quesada pasiega, dulce
tradicional de los valles pasiegos (o sea de Cantabria para algún despistado
jeje), muy conocido y comercializado aunque personalmente no me gusta y
prefiero mil veces los sobaos, esa receta ya os la pondré otro día ;) pero a mi
familia le gusta mucho y es muy sencilla.
La receta que os pongo es de mi
familia, no sé si será la correcta o no, pero es la que se lleva haciendo toda
la vida en mi casa (y alguna que otra generación anterior) y como ya os he
dicho además súper sencilla de hacer. Para realizarla no vais a necesitar ni
tan siquiera un peso ya que lo que usaremos como medida será un vaso de vino o
de agua pequeño (aprox. 200 ml).
Ingredientes:
1
vaso de nata de montar
2
vasos de leche
2
vasos de azúcar
2
vasos de harina
4
huevos tamaño "L" (de 63 a 73 gramos cada uno)
1
limón
Canela
en polvo
Preparación:
Echamos a un bol la nata, la leche,
la harina, el azúcar, los huevos, una pizca canela y la ralladura del limón,
con cuidado de no coger de la parte blanca de la piel ya que nos amargaría la mezcla.
Lo mezclamos bien con una batidora de varillas o mano, como prefiráis, pero que
todo quede bien integrado.
Vertemos la mezcla en un molde
engrasado, para luego no tener problemas al desmoldar. Yo he utilizado un molde de 21 x 24'5 cm que cogí hace unos mese en el Aldi, pero podéis usar cualquier otro, no pasa nada porque quede un poco mas gruesa o más fina. Espolvoreamos un poco de
canela por encima. Con el horno a 180ºC, calor arriba y abajo, lo tenemos unos
30 minutos, pero como siempre os digo es algo que variará dependiendo del
horno, podéis comprobar a los 20 minutos que ya no esté crudo por dentro. No os
asustéis si veis que los bordes empiezan a hincharse y se salen por encima del
molde, en cuanto se enfría se encoge. Iba a haber hecho una foto para que
vierais como estaba al salir del horno, pero estaba cocinando más cosas y para
cuando quise sacarla ya se había encogido.
Dejar enfriar tranquilamente en el
molde, se puede comer templada, pero en mi casa la prefieren bien fría, incluso
recién salida de la nevera, que es donde la tendremos que conservar, tapada con
film transparente una vez haya enfriado. Os recomiendo desmoldarla, ya que si la servís
en el molde y la cortáis directamente allí, se os empezará a rallar el molde y se os
estropeará en nada de tiempo.
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