Es una receta muy sencilla y rápida de hacer, tanto para comida como para cena, en este caso yo utilizo un aguacate para cada uno ya que lo hice como plato único, pero si lo queréis como primer plato o entrante, con medio para cada uno os valdrá. El aguacate es importante que esté en su punto, al igual que el kiwi tiene un punto exacto de maduración, si está verde no podréis disfrutar de su sabor y textura y si se pasa se pondrá negro. La textura perfecta es casi como si fuera mantequilla pomada (vamos que se aplasta con el tenedor casi sin presión jeje). Yo aproveché una oferta en el Lidl de la segunda unidad a mitad de precio, estaban muy verdes y les he dejado que madurasen en la cocina, siempre me han salido muy buenos; si os fijáis en las fotos tienen la piel rugosa, hace unas semanas vi en el Aldi unos aguacates pero con la piel fina, nunca los había visto antes, y resultó que es otra variedad y que además eran originarios de España, así que les compré por ...